En nuestra sociedad actual la disponibilidad de las infraestructuras se ha convertido en una necesidad esencial en el día a día. Sin duda se nos plantean nuevos retos. Por un lado, debemos alargar su uso extendiendo la vida útil de nuestras infraestructuras civiles, y por otro, debemos diseñar y desarrollar equipos que no caigan en la obsolescencia temprana, todo mientras reducimos el mantenimiento y la necesidad de reemplazo con el tiempo. Es por ello por lo que será necesario tomar medidas para encontrar la forma de integrar esas dos vidas útiles tan divergentes entre sí..
Mientras que año a año el número de usuarios de estas infraestructuras se incrementa, los equipos de ventilación considerados como elementos de seguridad en el marco global de un túnel necesitan de operaciones de mantenimiento o de renovación cada vez más frecuentes. Por un lado, debido a la duración de vida de los equipos dentro de su ambiente, y por otro lado, al incremento desde el punto legal de las exigencias en materia de seguridad de los mismos.
Los túneles suelen ser medios altamente agresivos por la existencia de condiciones altamente corrosivas. Esto es debido a la presencia de gases contaminantes que provienen de los vehículos (en el caso de túneles carreteros), a condiciones ambientales severas o a su operabilidad continua en el caso de equipos de aire fresco o bien poco frecuente, en el caso de equipos de extracción de humos.
La adopción de materiales orientados a utilización en túneles de alta corrosión, nuevos recubrimientos superficiales, equipos orientados al mantenimiento preventivo así como pautas de operabilidad de los sistemas de ventilación pueden alargar la vida de los mismos consiguiendo esa disponibilidad de nuestras infraestructuras tan deseada sin impactar en el vida de sus usuarios.